Filipinas: Cebú, Palawan & Manila
Al contrario de Bali, no voy escribir un artículo sobre cómo prepararse para un viaje a Filipinas porque no tengo mucho que decir. Tal vez porque no planeamos nada en absoluto (y eso fue un error).
De hecho no hicimos mucho ahí a pesar de que nos quedamos por tres semanas. Filipinas requiere mucha más logística, así que es una buena idea planear de antemano. Sin embargo, no es algo a lo que estemos acostumbradas ya. Además de eso, estuve enferma la mitad del viaje.
Es por eso que voy a escribir todo dentro del mismo artículo y ver cómo resulta.
Sólo visitamos tres islas, entre las 7641 islas que forman Filipinas: Cebú, Palawan y Manila. Las que siempre oímos nombrar. Y “visitamos” ni siquiera es la palabra correcta ya que solo exploramos unos pocos lugares de cada isla.
Si eres una persona que prefiere que todo esté bien planeado antes de llegar al destino o si no quieres molestarte en negociar con los locales (que sin duda sucederá ya que los precios siempre están exagerados), puedes hacer tu reserva de viaje directamente aquí, con mí socio Bookaway, que ofrece precios y servicios justos.
De nuevo, me gustaría advertirte sobre algunas actividades que no deberías hacer si te importan los temas medioambientales y sociales ya que Asia parece estar lleno de ellos.
Pero por supuesto no voy a mencionar sólo eso, ¡vimos cosas maravillosas ahí!
Cebú
Ya hablé sobre eso en el artículo sobre cómo prepararse para un viaje a Bali (por ahora, es en inglés o francés solamente), pero es crítico ya que es LA razón por la que la gente va a Cebú así que, por favor, sé paciente.
Rápidamente, cuando estás buscando qué hacer en Cebú, escuchás hablar de Oslob. Y, ¿por qué? Porque ahí podés bucear con tiburones ballena, entre otras cosas. NO lo hagas, por favor.
Porqué no deberías nadar con tiburones ballenas en Oslob
No bucees con tiburones ballena. Me rompió el corazón leer sobre eso porque bucear con tal majestuosa y maravillosa criatura marina era un sueño para mi. No estoy bromeando. Aún así, Aurélie y yo no nos pudimos convencer de hacerlo y creo que hicimos lo correcto. Creo vas entendiendo cuán importante económicamente es el turismo para países como Indonesia o Filipinas. Y creo que también conocés el peligro del turismo masivo (como El Monte Batur, acuerdas). He aquí otro ejemplo, pero uno extremandamente egoísta y muy triste.
Si no sabés lo que es un tiburón ballena, buscá fotos en internet, lee su página de Wikipedia o algo así, son verdaderamente hermosos. No obstante, como podés adivinar, están en peligro de extinción.
Filipinas tiene la suerte de tener todavía algunos migrando a veces a lo largo de sus costas. Leí en internet que la gente tiene que estar a una distancia de un metro mínimo de ellos y que incluso está prohibido tocarlos. Pero bueno, parece que la ley llegá sólo hasta donde empieza el lucro.
Lo que les voy a contar es sobre un tipo alemán que estaba tratando de motivarnos a bucear, incluso diciéndonos que sólo una persona estúpida no lo haría. Antes que nada, decidimos no hacerlo porque leímos en internet que si hay tantos tiburones ballena ahí es porque están siendo alimentados. Si les están dando comida, dejan de migrar en busca de alimento. Si dejan de migrar, dejan de reproducirse. Ese tipo nos decía que la gente no va a ser tan tonta de dejar que los tiburones se extingan y, al mismo tiempo que, si nosotros tuviéramos un suministro de comida tan fácil, estaríamos felices y haríamos lo mismo. ¿En serio tenemos que tratar de controlar todo, todo el tiempo?
Él también nos contaba felizmente que les quitaban los bebés bien jóvenes para ponerlos en una “gran piscina” (para citar sus palabras) así los turistas pueden sacarse una selfie con un tiburón ballena y decirle a sus amigos “yo vi un tiburón ballena, ¿y vos?¿que hiciste?” (esas no fueron sus palabras). Además, los animales sufren de mucho estrés ya que muchos botes los persiguen al mismo tiempo.
Adicionalmente, leí en muchos comentarios online que, aunque por ley no se los puede tocar, muchas empresas le dicen a la gente que se animen y se acerquen lo más que puedan y los toquen. O algunos turistas lo hacen de todas formas, incluso después de que les explicaran que no está bien. Y eso no es algo fácil de controlar bajo el agua.
De cualquier manera, su mejor argumento era “pero si todos lo hacen, ¿por qué no yo?”. Pero no creo estar hablando sólo de él, ¿o no? ¿Cuántas veces escuché ese argumento aplicado a tantas cosas distintas? Estaba muy decepcionada de que alguien de Europa, donde creí que somos más conscientes sobre el bienestar animal, participaría en una actividad tan desagradable. Me di cuenta que estos problemas están lejos de resolverse, y que esa es la razón por la que cada uno de nosotros debemos hacer algo. Repito, es con gestos pequeños (aunque diría que rehusarse a nadar con tiburones ballenas es un gran gesto) que podemos cambiar las cosas.
Aurelie y yo intentamos encontrar algún otro lugar más ético, pero existen muy pocos (¿tal vez ninguno?), y en las islas en las que buscamos, no pudimos encontrar ninguno cien por ciento ético. Había uno que parecía un poco mejor en Manila, pero no del todo convincente.
Entonces, ¿qué se puede hacer?
¡Por supuesto que Cebú tiene mucho más que ofrecer! Si estás dispuesto a pagar…
Eso, para mí, es una de las mayores desventajas de Filipinas, cualquier cosa que quieras hacer, tenés que pagar. ¿Querés visitar una cascada? No sólo tenés que pagar la entrada, sino que la mayoría requiere un guía, incluso si el camino es seguro (a menos que tengas una habilidad especial para perderte mientras seguís caminos pavimentados).
Hace que las cosas sean realmente complicadas para la gente que busca libertad.
Cascada de Inambakan
Aún así, nos manejamos para encontrar una hermosa cascada, Inambakan, de un azul que nunca había visto (causado por ciertos minerales en el agua) en Inambakan, no muy turístico pero ¡muy agradable para nadar! El precio de la entrada es de 57,7 pesos filipinos (cerca de 1€). Esta vez no fue obligatorio usar un chaleco salvavidas.
Cascada de Kawasan
La otra a la que fuimos es, lejos, la más famosa en Cebú: Cascada Kawasan. A pesar de que el camino hacia ella es genial, el lugar está tan hacinado que quedarse se vuelve casi insoportable. Entrar cuesta una módica suma de 45 pesos filipinos, o ~0,8€. Podés nadar, pero solo si alquilás un chaleco salvavidas… Esa es más o menos la cantidad de gente que hay, ya que no pueden vigilar a todos.
Canyoning en Alegria
Algo para destacar es ¡canyoning! Hay varias empresas ofreciendo esta actividad, pero nosotros lo hicimos alrededor de Alegría (la influencia española es bastante obvia en los nombres en Filipinas) por 1 500 PHP (o 26€), la que fue más que grandiosa. Fue muy divertido, rodeada de cañones impresionantes. Aurélie batalló contra su miedo a las alturas, una secuencia muy valiente de atestiguar. Además, el staff era cariñoso y a la vez no muy invasivo: ¡un día perfecto!
Playa de Moalboal
Moalboal es otro de los lugares “obligatorios”, maravilloso para hacer snorkeling. La vida marina es muy variada y ¡los corales son geniales! Además, la arena blanca genera lindas vibras y te podés encontrar con gente local, no sólo turistas (no como en la mayoría de las playas de Bali). Una vez más, para entrar hay que pagar 5 PHP (0,08€).
Debemos haber estado dos horas en el agua, más o menos, el tiempo pasó tan rápido que no podría estar segura. Lo único que se es que estuvimos bajo el agua durante tanto tiempo que las máscaras de snorkeling nos provocaban dolor, la razón por la que volvimos a la costa.
No obstante, no todo Cebú esta bueno para hacer snorkeling. En nuetra guesthouse, por ejemplo, unas medusas minúsculas nos hacían picar la piel tanto que se volvía difícil nadar. Pero bueno, nada le gana a los atardeceres ahí, así que digamos que es un empate.
Aun así, debido al hecho de que teníamos que pagar por cada una de las actividades, a veces tan ordinarias como una caminata a una cascada, con un guía obligatorio, eso fue todo lo que hicimos en una semana. ¡Esto segura que con más tiempo y dedicación, Cebú tiene más actividades al aire libre para realizar!
Palawan
En Palawan, la ciudad más importante es Puerto Princesa. Esta ciudad está bastante vacía en cuanto a actividades disponibles, así que siempre te ofrecen las mismas actividades: la principal es el Río Subterraneo, incluído hace poco en la lista de las 7 maravillas del mundo, y al que no fuimos. Por lor que obviamente no puedo escribir sobre eso. En cuanto a por qué no fuimos… Bueno, leímos nuevamente comentarios terribles (para ser honesta, los comentarios tienen un gran impacto en turismo. Cuando trabajé para un operador turístico, usábamos internet para encontrar actividades muy seguido si no conocíamos bien los destinos. A veces el impacto es desafortunado, pero bastante certero hasta ahora.) Decían que tenés que esperar un tiempo muuuuuuuy largo para conseguir un bote que te lleve por los 8km de cueva solo por media hora.
Pero, al contrario, un lugar al que uno no debería ir si a uno le importan los animales, ofrecido como santuario: la granja de cocodrilos. Nosotros no fuimos, pero leímos los comentarios horribles y nos imaginamos todo fácilmente (otra vez, eso es lo que el Monte Batur me enseñó). Al final de la granja, cuando terminaste de entender cuán importante es proteger a los cocodrilos (aparentemente en recintos muy pequeños y casi sin agua), te llevan al restaurante a disfrutar de carne de cocodrilo.
Si realmente querés ver cocodrilos, lo más probable es que tengas un mejor encuentro en cualquier otro lado (caminá por Cairns, Australia y tratá de que no te coman, eso sería una mejor aventura). No tiene nada que ver con un santuario. ¿Imaginate un santuario para orangutanes donde al final del recorrido te llevan a comer orangután bebé? Nop.
Entonces, ¿qué hicimos en Puerto Princesa? Más que nada, caminamos por la ciudad, que no es muy linda.
Aparentemente algunas playas están buenas pero, francamente, no desperdiciaría mucho tiempo ya que las mejores playas están en El Nido, y es ahí a donde todos van de todas formas (¡y con razón!).
Ah si, también es bueno saber que las autoridades Filipinas recomiendan evitar el sur de Palawan. Pero creanme, solo para el norte de Palawan se necesita al menos una semana.
El Nido
Honestamente, estábamos un poco lejos del centro de El Nido, estamos en Sibaltan. Pero nuestra posición era asombrosa. Teníamos una habitación genial, rodeada de palmeras, desde donde podíamos escuchar a veces los cocos cayendo, lleno de perros y playas hermosas. Sólo pasear era relajante… cuando no llovía. Porque si, mi amebiasis no fue suficiente, llovió por más o menos la mitad del tiempo que estuvimos ahí.
Bueno, como dije al comienzo del artículo, estuve enferma todo el tiempo que estuve ahí así que, desafortunadamente, no pudimos hacer mucho… ¡otra vez! Me dio amebiasis. Está relacionado con el excremento. Es posible que haya comido algo que tenía caca contaminada. Hermoso. De todos modos, después de “la panza de Bali” de Aurelie, heme aquí con lo que los locales llaman “la panza de Filipinas”.
Es bastante grave (me podría haber muerto si Aurelie y Dante no hubieran terminado con mi testarudez). A la vez no es muy común pero para evitarlo tratá de
- No comer vegetales crudos ya que son a menudo riesgosos
- Como ya sabés, lavate las manos antes de comer (no seas tan tonto como yo, hacelo).
- No diría que no acaricies los perros, aunque te miren con cara de gatito mojado, porque eso es exactamente lo que hice y la higiene de los perros callejeros no es la mejor. Pueden tener rabia y volverse violentos, lo que a su vez aumenta la propagación del virus. O, si lo haces (porque te dije, soy así de tonta: lo hice a pesar de todo), lavate las manos enseguida.
- ¡Lleva un paquete de toallitas húmedas a donde vayas!
- El agua de la canilla no es potable. Si el agua tiene algún color extraño o te recomendaron no ingerirla, no la uses ni para lavarte los dientes.
- Cuando compres algún trago o cocktail, pedila sin cubos de hielo porque es probable que los hagan con agua de la canilla.
- Conseguí un seguro de viaje: Sin excusas. No trates de ahorrarte unas monedas y viajar sin un seguro médico. Nunca sabés cuándo lo vas a necesitar.
Son algunos de los consejos que te puedo dar porque, creeme, es doloroso e ir al hospital cuando no tenés mucho tiempo no es divertido.
Así que además de caminar por la playa e ir a la pequeño pero lindo pueblo de Sibaltan, no hicimos nada más. Y tomar muchísimos jugos, eso fue suficientemente bueno. La comida no tanto.
Hagamos una pausa para hablar de la comida ahí. Pido disculpas a cualquier filipino al que pueda molestarle, especialmente vos, Ali, pero la comida filipina es terrible. Muy salada, muy grasa, pocos sabores, fue una decepción, al punto que comer no era más un placer, sólo una necesidad. Quiero hacerle una mención especial a la sal. ¡Puaj, sal!
El lado bueno, y aunque no sea sobre Palawan únicamente, ¡los filipinos son muy acogedores y amigables! Incluso tuve la oportunidad de hablar con dos tipos que eran bastante abiertos para discutir la situación actual su país, lo que no pasa muy seguido en el extranjero.
Manila
Nuestra última parada fue Manila, en la región de Luzón. Lo que es especial para mi porque viví cerca de un pueblo llamado Luzón. Así que cuando era pequeña cada vez que miraba un mapa y veía “Luzon” en Filipinas, pensaba que quería ir a ese país. Así que, ahí estaba… Pero claramente no lo suficiente. Habremos estado menos de una semana en la isla, ¡y no pudimos salir mucho por la lluvia!
Así que no tengo nada que decir sobre Manila, excepto que la ciudad es completamente desagradable, un centro de polución y bien fea… Pero no suena justo ya que pareciera tener lugares naturales geniales. Escuché que los hikers deberían ir al norte.
Resumiendo...
Planeá tu viaje de antemano. Filipinas no es uno de esos países donde podés aterrizar en su capital y decidir qué hacer día a día: los pasajes de avión aumentan rápido y los lugares gratis no son tan fáciles de encontrar (probá leyendo los consejos en maps.me, pero eso no es suficiente). Alquilar una moto es la mejor opción, ya que el transporte público no funciona bien.
No es un destino al que irías por sus comidas pero su gente es genial, incluso aunque, como muchos países en el Sudeste Asiático, tratan de estafarte con los precios. Un consejo que me dió un local es que NUNCA digas que es tu primera vez en Filipinas. Así la gente asumiría que ya conocés los precios.
También, si te gusta cantar, los filipinos parecieran amar el karaoke, el cual está a tu disposición en cada pueblo, aparentemente.
De todas formas, me parece que voy a tener que volver para disfrutar de todos los lugares secretos de Filipinas y así vengarme por no haber hecho mucho en tres semanas.